La fama tan deseada.

A veces me cruzo en la calle o en el transporte público con una chica. Ostenta la expresión de ganado vacuno que casi todos solemos adoptar al estar en compañía de extraños. Suelo realizar conjeturas sobre la gente que veo, si se trata de estudiantes que carrera seguirán o de que trabajarán, cuales serán sus gustos.
En esta mujer no hay signos exteriores demasiado evidentes para hipotetizar pero el caso es diferente ya que participó de un reality show y alcanzó la fugaz notoriedad que eso otorga. Cumplió la profecía de Warhol de los 15 minutos de fama que nos serán democráticamente concedidos. Lo malo es que esta exposición resulto funesta, un triste papel. La producción del programa fue dibujando en la selección del material un personaje limitado y necio que terminó expulsando a otro participante mas bueno que el pan. Un clon de San Francisco de Asis.
En el imaginario popular, mientras duró, debe haber figurado como la boluda de la cordobesa.

A pesar de las oceánicas diferencias, no puedo evitar recordar a Nicole Kidman en “todo por un sueño” haciendo monstruosidades por una fama de pacotilla. Una cabeza quemada previamente por los mass media.
La TV (Broadway, Hollywood, Palermo Hollywood o la doméstica Audiovisión) ¿Es siempre una picadora de carne?

Creo que ninguna de nuestras vidas privadas, pobres ciudadanos de a pié, toleraría una cámara oculta.